Fue difícil terminar de ver I Heart Huckabees. Como nunca me doy a la tarea de ir más adelante, adivinar el por qué o suponerme la coartada, para luego no quedar como un burro sorprendido, es muy muy difícil que la película te lleve de la mano. Al menos la primera media hora. Donde todos los personajes no dejan de hablar de dudas existenciales que parece que no tienen. Pero cuando te das cuenta que los detectives que te arreglan la vida son los narradores, los puppet masters, los que se encargan de abrir y cerrar el teatro, uff, ahí das en el clavo, y no puedes dejar de difrutarla hasta que se acaba. Vaya, eso sí que fue bueno. La iba a quitar, pero algo me detenía.
Esta peli es una peli de fondo. Sí, no sé si me explico. Una peli que sirve como método. Método de muchas cosas. La puedes hacer trizas en una plática, la puedes condecorar como un gesto a la modernidad mediática, como una parodia a las terapias de grupo o la puedes ver como una movie más con un guión emproblemado. Muy emproblemado. Pero es menester decir que es una película espectacular. Impagable cuando te das cuenta que mientras Jude Law hace trizas a Jason Schwartzman, Schwartzman salva una roca. No le podría pedir otra cosa al cine moderno.
Ah, e Isabelle Huppert es una cerda.
I Heart Huckabees
2004
Director: David O. Russell
Estados Unidos