video drunk

Thursday, January 26, 2006

 

Debido a la abundancia de películas conseguidas y el poco tiempo para verlas y comentarlas, este blog hará las veces de foro para hablar, recomendar y prestar, más que criticarlas. Se trata de filmes bajados de la red o vistas en televisión, en la Cineteca, en el cineclub del Gargantuas o del Teatro Calderón. Bueno, la verdad es que casi nunca voy a éstos últimos tres lugares, pero es que el formato avi me fascina.

La idea de Arturo y Puny es postear alguna foto, alguna frase, algún link que refiera de que película acabamos de wachar, igual son dos o tres por día o tres cada semana, ya sabes, uno ve películas cuando puede y cuando no lo interrumpen, o cuando está borracho y se queda dormido, pero esas no cuentan.

Aquí la primer referencia:









El verdugo
(1963)
Dir. Luis G. Berlanga

España. 87 minutos. Blanco y negro.

No me extrañaría que me dijeran que más del 60% del cine español está basado en la Guerra Civil Española, ya sea para vanagloriar a los unos o a los otros ya para defecar sobre la figura del Caudillo.

Con El verdugo -filmada en plena dictadura y censura franquista-, no hay medios tonos, Luis G. Berlanga aborda el tema de la pena de muerte con mucho humor negro. Con todas las ganas de alzar la voz y hacer un alegato en contra de ello, aunque sin saber que la censura y la SS española estaban a la vuelta de la esquina. Esta cinta tiene aun mucha frescura, traten de verla.

José Luis es un enterrador que trabaja para el Estado, un día conoce a Amadeo, uno de los verdugos trabajadores para el Estado, un amable y carismático anciano. le da un raid a su casa y le invita un café, ahí conoce a la hija del verdugo. Después de poco tiempo comienzan a salir, y en una de esas el verdugo los sorprende intimando con la chica en su propia casa, por lo que el verdugo se decepciona de José Luis. Como compensación a tan amargo trago, José Luis le pide en ese momento la mano de su hija. El verdugo está a punto jubilarse, por lo que difícilmente le podrán otorgar el crédito para su nuevo piso, necesita que alguien más le supla en el cargo. A duras penas y nunca muy convencido, José Luis acepta su nuevo trabajo.


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